El cuerpo hallado en una playa de Florianópolis es de Javier Caballero, el turista argentino que desapareció hace una semana junto con una de sus hijas de 4 años, según confirmó esta noche el director del Instituto Médico Legal (IML), Rodinei Cassio Bricki Tenorio.
El forense Tenorio aseguró que con la primera autopsia y el estudio dactiloscópico, para analizar las huellas digitales, no fue posible determinar la identidad de la persona dado el alto deterioro del cuerpo.
En tanto, fue identificado gracias a un análisis comparativo de fichas odontológicas que fueron enviadas por correo electrónico del dentista personal de Caballero, según publicó el sitio web de La Nación.
Ahora, el IML trabajaba con el consulado argentino en Florianópolis, a cargo del cónsul Alejandro Verdier, ya que la familia de la víctima ya retornó al país.
Germán Greco, cuñado del hombre, había confimado más temprano que la Policía brasileña se comunicó con la familia para solicitar información sobre la vestimenta de Caballero, ya que el cuerpo hallado se encontraba "irreconocible".
"Todavía no tenemos confirmación, le enviaron un mail a Analía (Greco, esposa de Caballero) para ver qué tipo de vestimenta tenía, para determinar si coincidía porque estaba irreconocible el cuerpo, pero nada más. Por lo que me dijeron, coincide con la contextura física", explicó.
Caballero, de 47 años, era buscado desde la noche del viernes, cuando su esposa denunció su desaparición a la Policía luego de no regresar de un paseo que habían emprendido por una zona de Florianópolis, en tanto, resta encontrar a su hija Trinidad, de 7 años. Greco había dado más detalles sobre el momento de la desaparición a partir del relato de Candelaria, la otra hija de la familia que también estaba en el lugar, pero que fue rescatada de un morro horas después por pescadores.
"Por lo que me contó Analía, Candelaria había asistido a la conversación en la que Trini le decía 'papá, papá, ayudame'. Y Javier, mi cuñado, le decía 'Trini, vos no podés sola? Bueno, esperame que ahí voy'. Era en una piedra tan grande que no se podía ver al otro lado qué había. Evidentemente era el mar, no era un pozo por lo que me dijo mi hermano que estuvo en el lugar", relató.
"Estaban tomando fotos en piedras, y del otro lado estaba el mar. Sacan una foto y la nena se cae para el otro lado, eso es lo que cuenta Candelaria", concluyó.
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