La primera estrategia se vino abajo. Consistía en decir que a Gerardo Mauricio Cortez, asesinado el viernes en el barrio Amep de San Luis, no lo había apuñalado Humberto Raúl Aguilera, el hombre de 47 años apodado “el Pampeano” o “el Pelado”, sino el novio de su hija, un chico de 17 años. El adolescente y su novia, embarazada de dos meses, también están detenidos por el crimen.
Seguramente, los allegados a los acusados echaron a andar la versión de que el autor de la puñalada había sido el chico con la idea de que si lo declararan culpable a él, no iría preso, por ser menor.
Pero la división Homicidios de la Policía recopiló testimonios, que serían inobjetables, de que quien le había clavado el cuchillo a Cortez en la sien derecha, frente a la casa de sus padres, fue el mayor.
Eso explicaría la decisión que tomó el defensor oficial Carlos Salazar, quien asiste a los tres acusados. El domingo a las nueve y media de la noche, cuando Aguilera, su hija y su yerno fueron llevados ante la jueza Penal Nº 3, Virginia Palacios, para que dieran una declaración indagatoria, les aconsejó que se abstuvieran de hablar.
Para los dos menores no solicitó la prórroga de la detención, con lo cual, hoy, 48 horas después de la audiencia de indagatoria, la magistrado deberá resolver si los procesa por el asesinato.
En cambio, para “el Pampeano”, el defensor Salazar sí pidió el aplazamiento de la resolución, con la idea de buscar, en un plazo de ocho días, alguna prueba que le alivie la carga que significa estar acusado de un crimen.
Hasta ahora, los tres están imputados por homicidio simple, informó ayer la secretaria del juzgado, Carolina Monte Riso.
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