Mamá de una chica abusada: "La detención me trajo alivio"

Hace seis días, cuando entró a un sitio web informativo y leyó que los policías de la División Delitos habían detenido en San Luis a José Alberto Soria, María lloró. Lloró de dolor y de impotencia. Ni en la peor pesadilla se le había cruzado la idea de que su hija de 15 años iba a ser violada. Pero eso sucedió: la atacó el chofer del colectivo que debía dejarla cerca de su casa, en La Punta. La noticia del arresto del sospechoso removió la angustia que María carga desde los últimos minutos del jueves 23 de abril, cuando su niña tuvo el valor de contarle lo que había sufrido un rato antes. “También sentí un poco de alivio. Soy nacida aquí, en San Luis, al igual que mis hijos. Esperé, tuve paciencia, les di tiempo a las autoridades. Y ordenaron la detención de Soria. Sólo espero que haya justicia, que quede preso. Me tocaron mi tesoro mayor, no hay palabras para el dolor que se siente”, dijo ayer María en una entrevista exclusiva con El Diario.

María no es el nombre real de la denunciante. Este medio no lo dará: reservar su identidad es una forma de preservar a la menor que fue atacada. Apenas escuchó la revelación, la mamá se fue a la Comisaría 28ª de La Punta y brindó todos los detalles que su hija le dio sobre la violación y las características del agresor.

Entregó, además, el boleto que el chofer de la empresa Sol Bus le había dado a su niña y un pantalón corto negro con rosa que la jovencita vestía esa noche. Luego, a través de un examen de laboratorio, confirmaron que esa prenda tiene manchas de semen. Resta hacer un cotejo de ADN entre una muestra de ese material biológico y otra de saliva extraída al sospechoso. Si la prueba da positivo, Soria quedaría más comprometido.

Al otro día del abuso, María fue a tribunales con su hija. Los peritos del Poder Judicial examinaron a la menor. Según el informe de los profesionales, tenía en la zona íntima lesiones propias de un ataque sexual. Esa misma mañana, la mamá instó la acción penal, es decir, le solicitó a la jueza Penal Nº 3 Virginia Palacios que tomara intervención. Ese trámite es necesario para que la investigación de los delitos de instancia privada, como los abusos, no se estanque.

A la salida del club

La muchachita fue ultrajada por el conductor del ómnibus que tomó al salir del Polideportivo de La Punta. Hasta el año pasado, tenía su práctica deportiva entre las 18:30 y las 19:30. “Yo salía de trabajar, llevaba a mi hijo más chico a la maestra, después la pasaba a buscar a ella y nos veníamos juntos a casa. Pero este año, la clase de ella era de 21 a 22. Como era tan tarde, le dije que no iba a ir más. Un día se me llenó la casa de chicos, no me alcanzaban las sillas para que se sentaran todos. Eran sus compañeros del club. Vinieron a pedirme por favor que le permitiera ir, y se comprometieron a acompañarla a la salida hasta la parada. Y accedí a que volviera al club”, relató María.

Explicó que al ser el único sostén de la casa no tiene la posibilidad de pagarle un transporte particular. Contó que se separó hace algunos años de su marido y que no tiene ayuda de él. “Ella me dijo ‘mami, ya estoy grande para ir en transporte. Voy en colectivo’. Y a educación física también se iba en ómnibus. Esa noche se lo tomó entre las 22:15 y las 22:30”, calculó. Es decir, en teoría, antes de las 23 ya debía estar en casa.

Pero ese día hubo una circunstancia que jugó en contra. El día anterior, a su hija se le había mojado el celular. María no tenía forma de comunicarse con ella.