Además de los trastornos que genera la demora en la entrega de turnos y prótesis, y la deficiente atención en general para los jubilados, la Asociación de los Trabajadores de la Sanidad (ATSA) salió con los tapones de punta para denunciar “prácticas ilegales” entre PAMI y el sanatorio Ramos Mejía, principalmente.
"¿Alguien se preguntó quién realiza las curaciones o coloca las sondas? Lo hace el personal de enfermería, con o sin título. No importa”. Gerónimo Ortiz,Secretario de ATSA
Con bronca e indignación, ATSA apuntó contra la falta de fiscalización por parte de los organismos nacionales, lo que permitió “la existencia de verdaderos ‘quioscos’ que se montaban con el aval de PAMI, a lo que llamamos ‘el vil negocio de los viejos’”, afirman en un comunicado.
“Cuántas veces advertimos que desde el Ramos Mejía le ordenan al personal de enfermería asistir a las internaciones domiciliarias, reemplazando muchas veces al médico. Es decir, cuántas veces denunciamos ante las autoridades de PAMI que ese personal era obligado a asumir un rol que no le corresponde, ante la falta de médicos especialistas en terapia intensiva, en la guardia o en internación. Resulta que da lo misma que lo atienda un radiólogo, un anestesista, un traumatólogo o que sigan en manos de los enfermeros”, dijo con firmeza el secretario adjunto de ATSA, Gerónimo Ortiz.
Del otro lado, el director y socio del Ramos Mejía, Ricardo Agundez reconoció que están hipercolapsados y señaló la necesidad de actualizar los pagos por cada servicio, más la falta de recursos humanos y camas en todo el sistema. Tres causas que limitan la prestación en general.
Y en el “ojo de la tormenta”, el jefe de la delegación de PAMI en San Luis, Cristian Niño, reconoció que la falta de especialidades lo lleva a entregar turnos con meses de demora y hasta derivar pacientes a provincias vecinas. Aunque, como una pequeña dosis de esperanza, adelantó que están gestionando la incorporación de una o dos clínicas locales. Un anuncio que surgió a partir de los comentarios planteados en El Diario de la República.
“Son internados en los llamados hogares de ancianos, sin importar el trato inhumano que reciben. ¿Qué familiar, funcionario nacional o local, no sabe de la deficiente alimentación que reciben?, ¿quién no sabe que viven ‘planchados’ todo el tiempo?, ¿quiénes son los médicos del PAMI que auditan estos negocios? Ninguno. No les importa. Ahora, lo que sí les importa es el retorno (de dinero)”, definió Ortiz sobre los geriátricos.
La ola de críticas por la atención que reciben los adultos mayores parece avanzar más allá de la escollera.
En una nueva encuesta abierta de El Diario, a través de las redes sociales, la comunidad expresó un sinfín de quejas y anécdotas para el olvido.
Palabras más, palabras menos, los afiliados, en la capital y en el resto del territorio, siguen sacando números, con un diagnóstico en lista de espera.
“Es un negociado, literalmente. Porque proponen esas prácticas ilegales, las cobran, y los otros pagan como ‘mirando para el otro lado’. Y esta situación duele, angustia, porque afecta a los más vulnerables, a los que ya lo dieron todo y lo único que buscan es ser tratados con respeto. Ellos no son un estorbo, son nuestra razón de ser”, lamentó Ortiz.


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