Tres jóvenes serían quienes irrumpieron hace 20 días en la casa de Edelia Bianny Ortiz de Balbo, la golpearon y escaparon de allí con algunas pertenencias y dinero. Uno de los asaltantes sería una mujer. Y, al igual que sus cómplices, no tendría más de 25 años. Ésa es la hipótesis que se ha consolidado en la investigación del homicidio de la anciana, según le informó ayer a El Diario el secretario del Juzgado Penal Nº 2 de San Luis, Ariel Parrillis.
El funcionario explicó que esta presunción de cómo estaba integrada la banda se estableció a partir del registro de declaraciones testimoniales que ha realizado la División Homicidios, que aún tiene en su poder el sumario.
Entre esos testigos, han sido de especial importancia los vecinos de Edelia. De sus declaraciones no surge de modo específico quiénes son los autores, pero sí la cantidad de personas que habrían ingresado el jueves 19 de noviembre entre el mediodía y la siesta “y las fechas en las que se vio en la zona a individuos con determinadas características”, refirió.
A poco de ocurrido el hecho, la Policía le pidió al juez Penal Nº 2 de San Luis, Jorge Sabaini Zapata, la orden para allanar un domicilio, con la expectativa de hallar alguno de los bienes que robaron del domicilio de Edelia, en Ministro Berrondo 210, entre Paso del Rey y Leandro Alem. Uno es un televisor led. Otro, un arma de fuego vieja, que Edelia conservaba en la propiedad.
La medida no resultó positiva, confirmó el secretario. Pero tras ella, el magistrado dispuso otras, que están en marcha y cuyos resultados se esperan, dijo Parrillis, sin abundar. Explicó que brindar más detalles puede perjudicar las averiguaciones.
Creen que no fue “al voleo”
Edelia, de 79 años, vivía sola. Su edad no era una limitación para ella. Era muy activa, contaron sus familiares. Pegada a la vivienda familiar, hacia el oeste, tenía una despensa, que ella misma atendía a diario. Se cree que los delincuentes se hicieron pasar por clientes y que luego desenmascararon sus verdaderas intenciones: robarle.
La suma con la que se alzaron no ha podido ser determinada de modo exacto. Se ha hecho una estimación en base a los ingresos que la anciana tenía, según lo que han manifestado sus familiares, dijo Parrillis.
A la pensión que recibía como jubilada, Edelia sumaba lo que sacaba por el negocio y el alquiler de dos departamentos, ubicados atrás de su casa. Los investigadores sospechan que los asaltantes tenían en claro esto y los horarios de apertura y cierre del comercio. Para ellos, fueron en busca de dinero, no fue un hecho “al voleo”.
Los delincuentes hicieron un gran desorden en el placard de una pieza. Sacaron ropas, cajones. Pero no se llevaron toda la plata que había en la propiedad, posiblemente porque no la ubicaron. Los agentes hallaron, por caso, una suma que rondaría los 6 mil pesos, que estaba oculta entre tetabricks, en un pack de vinos, que era parte de la mercadería del local.
Un zapato
Aunque hay una versión que indica que los agresores ingresaron por la parte trasera de la propiedad, Parrillis dijo que el trabajo de campo en la escena arroja que, en realidad, entraron por la parte frontal.
En la puerta que conecta el living-comedor con el comercio había quedado un zapato de Edelia. Ahí, en la inspección, la Policía detectó sangre. También había manchas hemáticas en un hall de distribución que lleva a otros ambientes: la cocina, la habitación donde la hallaron maniatada y amordazada y el dormitorio, con ventana hacia la calle, donde ella dormía.
El calzado que estaba cerca de la puerta era idéntico al que tenía puesto la anciana. Por eso, los investigadores reconstruyen que la banda entró por la despensa y que de allí la llevaron a la fuerza hasta la habitación donde falleció, resumió el secretario. Murió por un paro cardíaco, posiblemente provocado por la situación vivida, estableció el forense Jorge Giboín.
Estiman también que las manchas corresponden a los golpes que le propinaron mientras la desplazaban hacia el dormitorio. Y que en el living-comedor habrían estado los cargadores de celulares, que tomaron mientras avanzaban hacia el fondo y que utilizaron para sujetarla.


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