El Gobernador fue claro. Quiere que la Policía se avenga a actuar dentro de la legalidad. “Nos hace mal creer que podemos actuar al margen de la ley. Para recuperar la confianza y retribuir el amor que la gente de San Luis siente por la Policía, debemos actuar dentro de la ley. Como dijo un gran argentino y no es difícil, dentro de la ley todo. Para eso están las leyes. De los derechos y obligaciones que nos otorga la ley, todo; fuera de la ley, nada, nada, nada”, recalcó Alberto Rodríguez Saá el jueves, en su discurso en la Jefatura Central.
Acababa de poner en funciones al nuevo jefe, el comisario general Juan Antonio Páez.
Había caras adustas entre los uniformados. Podía ser por el calor del mediodía, bajo un sol abrasador, en el Patio de Armas. O podía deberse a que algunos pensaban que, encima que hacía calor, el sayo les cabía y debían ponérselo.
“Que nadie dentro de la Policía se salga de la subordinación. Vamos a abrir las puertas de la Policía para que los ojos de los civiles se nos acerquen. Así se vuelve a establecer la confianza”, sostuvo.
Al final de su alocución, el Gobernador los volvió a probar. “Yo voy a decir ‘subordinación y valor’ y ustedes me van a contestar, si están de acuerdo, ‘para servir a San Luis’, les explicó.
Y lanzó: “Agrupación Policía de San Luis, subordinación y valor”. La respuesta no fue masiva. “No escuché”, se quejó el jefe de Estado. Y repitió la interpelación. Los remisos tomaron nota y contestaron con más ganas.


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