Con niños o con mascotas es más difícil alquilar departamento

Alquilar un departamento por inmobiliaria en estos días parece una misión imposible. Al costo del primer mes que incluye depósito y mes de comisión se suman dos factores. Más del cincuenta por ciento de los edificios no aceptan niños y el noventa por ciento no admiten  mascotas.

En algunos casos los dueños no alquilan a familias con niños por temor a la usurpación.

“Yo tengo un hijo de cuatro años. En el tiempo que no trabajo  me pongo a buscar alquileres y siempre tengo la misma respuesta: ‘Con niños, no’. La otra opción que te dan es buscar una casa. Mi familia no es numerosa, no necesitamos espacios grandes, necesitamos estar cerca del centro y del trabajo”, explicó Leticia que busca alquilar desde diciembre.

Personas consultadas por El Diario de la República, manifestaron que el hecho de no alquilar a quienes tienen niños tiene que ver con el miedo a la usurpación. “Te ven con niños y piensan: ‘A éstos no los saco más’. En una semana tengo que dejar la casa que arriendo, desde noviembre que busco otro lugar y no encuentro. Los precios de los espacios que aceptan niños son exorbitantes. No me dejan otra salida, voy a usurpar”, dijo Florencia entre risas. La chica además dijo que falta un ente que regule tanto los precios, como los requerimientos que piden.

Los padres de familia no son los únicos que encuentran limitaciones. También están aquéllos que no tienen hijos, pero sí animales  a los que tratan como tales. “Yo vengo de afuera. Sólo soy yo y mi perro. No puedo irme a un barrio, que es la única alternativa que me ofrecen. La última vez salí tan enojada de una inmobiliaria que le dije al que me atendió que con la comisión se comprara un perro. Para que vea lo lindo que es tener una mascota”.

Por su parte las inmobiliarias adjudican los requisitos de admisión a los dueños y consorcios de los edificios.

“El consorcio está formado por los propietarios de los inmuebles. Ellos son los que formulan las normativas de convivencia para el buen vivir de los inquilinos. Algunos de los lugares con los que nosotros trabajamos no quieren niños. No porque no los acepten, sino por la falta de espacios de esparcimiento que una criatura necesita”, explicó Matías, dueño de Inmobiliaria Ávila y Asociados, ubicada en avenida Illia. “Los animales son otro tema. Nadie quiere sentir ruidos y olor en espacios que no están al aire libre”.

Otro punto en contra para las familias con niños, es el aumento de los complejos universitarios. “Tratamos de no mezclar parejas con niños y estudiantes. Los ritmos y horarios son otros y después comienzan los problemas. Mientras más cerca de la universidad, los departamentos tienen más estudiantes. Si una pareja viene y quiere alquilar por esa zona, obviamente le comentamos los contras”, dijo Daniel Álvarez, de Inmobiliaria Organización Global, ubicada en calle Junín. “Por otro lado tenemos a las mascotas. Tener un animal encerrado, sin tierra y en un balcón no sólo perjudica a los demás locatarios. También afecta al animal”. 

En ese aspecto coincidió Eduardo Rota, administrador del consorcio del edificio Balcones del Paseo. “En uno de los departamentos hay un perro que tiene pelo largo y pesa más de veinte kilos. Apenas le abren la puerta sale corriendo y hace sus necesidades en el primer lugar que encuentra. Busca la tierra que en el departamento no tiene. El dueño dice que lo ama, pero ésa no es la forma de tener un animal”, comentó Rota.

El hombre agregó que antes de que él fuera el administrador del edificio, el consorcio sí aceptaba animales, pero tras las repetidas quejas por el olor y los gritos del animal, decidieron cambiar el reglamento.

“No me basé en caprichos para modificarlo, sino en los derechos del animal. Por ley no podemos echarlo, pero sí le pusimos una multa a su dueño. Algunas personas piensan que no aceptar animales en los edificios es un maltrato, pero no se dan cuenta que el maltrato lo infringen ellos”.