El pedido para que la presidenta Cristina Fernández declare por presunto encubrimiento en la causa AMIA a favor de los acusados iraníes será resuelto recién en febrero porque no se habilitó la feria judicial. Pero eso no desanimó al fiscal federal Alberto Nisman, quien anunció que pidió a la Secretaría de Inteligencia que levante el secreto sobre la identidad de los espías de lo que él llamó un "plan criminal para fabricar la inocencia" de Irán.
El jefe de Gabinete Jorge Capitanich opinó que la denuncia contra Cristina apunta a "contrarrestar el boom de consumo en los centros turísticos".
El debate sobre el contenido de la denuncia de Nisman, presentada el miércoles y que incluye al canciller Héctor Timerman y otros funcionarios, deberá esperar hasta el mes que viene cuando se reanude la actividad judicial en los Tribunales.
Es que el juez federal Ariel Lijo, sobre quien recayó la presentación de Nisman, está de vacaciones y ayer su colega y reemplazante, María Servini de Cubría, decidió no habilitar la feria para analizar el escrito de Nisman.
"El caso no es de aquellos supuestos que habilitan a ser tratados en el transcurso de feria -aun por gravedad institucional-, en razón de que no se han acompañado las pruebas que le otorgan sustento a sus solicitudes. Y toda vez que el escrito describe hechos nuevos, entiendo que por no tratarse de un asunto de feria, corresponde al juez que conoce en la causa —Dr. Lijo— y más considerando la complejidad del caso, quien evalúe la vinculación con la causa principal", señaló Servini en su resolución.
El dictamen de Nisman cosechó críticas del juez federal Rodolfo Canicoba Corral, quien interviene en la causa principal por el atentado a la AMIA.
Canicoba dio a entender que Nisman fue "direccionado" por sectores de la ex SIDE, tal como hicieron dirigentes del Gobierno, entre ellos Timerman y el secretario general de la Presidencia Aníbal Fernández.
El magistrado advirtió que "los fiscales actúan y deben conducir la investigación con la Policía y la Secretaría de Inteligencia" (SI), pero consideró que en el caso de Nisman "los conducidos terminan siendo los conductores y el que debía conducir resulta ser el conducido". El fiscal contestó ayer: "A mí no me maneja nadie" (ver recuadro).
Fuentes judiciales recordaron que el recientemente despedido de la SI, el influyente Jaime Stiuso, era el principal colaborador de ese ente en la investigación de Nisman, y muchos de los oficios llevan su firma.
En declaraciones a Radio Nacional, Canicoba Corral consideró que las escuchas telefónicas presentadas por el fiscal en su denuncia "se realizan sin ningún tipo de control y no hay fehaciencia".
La única escucha que Canicoba Corral admitió haber autorizado es la de Jorge Khalil, a quien el fiscal sindicó como máximo representante iraní en nuestro país y quien tenía relación por intermediarios como Luis D'Elía y Fernando Esteche (líder de Quebracho) con el Gobierno.
Canicoba Corral denunció una serie de irregularidades en la denuncia presentada. "Llama poderosamente la atención que el fiscal se ha arrogado una facultad de iniciar una investigación paralela de otro hecho -distinto del ataque a la AMIA- sin ninguna intervención judicial", dijo, en referencia a la acusación de encubrimiento en contra de la Presidenta.
Además mostró su molestia por que Nisman no llevó la denuncia a su juzgado. "Sorprende sobremanera que elija él un juez que le habrá parecido más adecuado para dar intervención", dijo, en referencia a su par Ariel Lijo.
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