Se acabará la bolsita de residuos en el piso, colgada de un árbol o un poste de luz: la ciudad comenzará a exigir que cada domicilio tenga su cesto contenedor de residuos. La disposición no es nueva ya que figura en una ordenanza desde hace 12 años, pero ahora comenzarán a ser más estrictos en pos de lograr una ciudad más limpia y ordenada.
El 22 de julio, la Municipalidad lanzó la campaña “La ciudad más limpia es la que menos se ensucia” que quiere generar conciencia a través de la difusión masiva y la entrega de folletería para explicar a los ciudadanos sobre las diez acciones que deben incluir como conductas para mantener la ciudad más limpia. Una de las propuestas es reflotar la ordenanza municipal 1343, que fue aprobada el 30 de abril de 2002 por el Concejo Deliberante, y que a su vez actualizó otra norma de 1978.
“La ordenanza especifica que el propietario, el frentista, tiene la obligación de poseer un cesto contenedor o canasto, e incluso establece algunas indicaciones en cuanto al tamaño y ubicación, tomando como referencia la cantidad de residuos que puede producir una familia tipo. El canasto debe estar a una altura de 1,25 metros, debe tener un espacio de unos 60 centímetros para colocar las bolsas, debe ser cerrado, sin tapa pero con protecciones laterales, para que no las dañen los animales”, indicó Rodolfo Moleker, jefe del Programa Unidad de Coordinación de Inspecciones Municipales (UCIM).
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