El predio de la escuela de fútbol que Juan Gilberto Funes soñó llena de chicos, se colmó de sonrisas, bulla y diversión con alrededor de 2.500 pequeños. Es que celebraron el Día del Niño, anticipadamente, ayer en la sede de la Fundación Corazón de Búfalo, en el barrio El Hornero. Todos los condimentos de un festejo ideal estuvieron presentes: juguetes, juegos, música, golosinas y un escenario donde montaron obras de teatro infantil y marcaron el paso coreografías de salsa, bachata, danzas árabes y ritmos brasileños. También sonaron los acordes de bandas de rock de la escuela Norberto “Pappo” Napolitano y sortearon 600 juguetes.
“Mi viejo es el ideólogo de todo esto. Es la primera persona que viene a mi cabeza. Porque él quería esto cuando empezó a construir este lugar. Soñaba con verlo plagado de niños y sonrisas. Con muchas personas y asociaciones trabajando en conjunto por San Luis y por el futuro. Con ese espíritu se hizo esta escuela de fútbol y yo tomé la bandera que él había dejado y creamos la Fundación”, comentó Juan Pablo Funes, presidente de la entidad, acerca del legado de su padre, el “Búfalo” Funes, y los motivos que motorizaron la organización del festejo.
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