Somos seres humanos que se capacitan para trabajar; en la calle nos ven como ‘supers’, pero para nosotros es natural. Si alguna emergencia lo marca al bombero es porque algo está fallando, nunca se debe perder el respeto por la emergencia porque ahí es donde cometemos un error, cuando nos acostumbramos a decir ‘a mi no me va a pasar nada porque lo aprendí todo’, es cuando más riesgo vamos a tener y, en muchos casos, lo vamos a pagar con nuestra vida”. Así de comprometida es la labor de un bombero voluntario desde los ojos del jefe del cuartel mercedino, Gabriel Giménez.
Entre 950 y 1.100 son las emergencias anuales que atiende el cuartel.
Ayer, El Fortín estuvo de festejo. En 1884, y por iniciativa de Tomás Liberti, un inmigrante italiano que residió en el barrio bonaerense de La Boca, conformaron el primer cuerpo bajo el lema “Querer es poder”. Desde entonces en el país conmemoran el Día del Bombero. En Villa Mercedes los homenajeados compartieron un chocolate caliente por la mañana y cerca de las 10 llevaron una ofrenda floral al monumento en su honor que está en la intersección de Aviador Origone y Los Álamos.
La institución local está próxima a cumplir los 53 años (la fecha es el 19 de agosto) y gracias al aporte comunitario de sus socios pudo crecer y obtener todo el material necesario para rescates y combatir siniestros; desde la indumentaria acuática, para incendios forestales o en edificios y viviendas, para lidiar con sustancias químicas, y hasta los variados vehículos como la unidad de rescate, autobombas, camionetas y un camión con escalera mecánica. También subsiste con los aportes de la Federación Nacional que los nuclea.
Quien está al frente de los 93 hombres que integran el cuerpo activo, arrancó de joven, apenas cuando tenía 15, como la mayoría de los demás. “Voy a cumplir 29 años de trabajo y desde hace diez me hice cargo de la jefatura por lo que hoy tengo una remuneración y me dedico los 365 días. Pero el sentirse bombero voluntario es todos los días”, sostuvo Giménez.
Además de los casi cien efectivos, hay otros que también celebraron su día. Hay 30 aspirantes que tienen entre 10 y 15 e integran la escuela de cadetes. La formación de los jóvenes consiste en aprender a “mitigar riesgos en la vivienda, colaborar con personas accidentadas en la vía publica o la escuela, dar alerta temprana a quien corresponda, reconocer las emergencias, educación vial y varios riesgos, y también aprenden la función e historia de los bomberos a nivel nacional y local”, explicó la autoridad. Cursan dos horas y media los sábados por la mañana.
A diferencia de las otras del país, la sede villamercedina tiene muchos jóvenes, y según el jefe “es más fácil la vida del bombero cuando es soltero, cuando se forma una familia es más complicado”, por los imprevistos que demandan las tareas.
A diario enfrentan diferentes situaciones, pero "lo mínimo con lo que trabajamos es rescates en altura (gente atrapada en techos o ascensores) y con sustancias peligrosas; mientras que lo máximo son los incendios de pastizales y aquellos estructurales de viviendas, no tanto de fábricas o depósitos. En el 2013 acudimos sólo a ocho incendios en industrias y a más de 400 en pastizales", detalló.
Apoyo de la comunidad
El plantel voluntario también consta de una comisión directiva encargada de administrar las donaciones que la gente realiza. "Esta institución requiere la colaboración de los mercedinos para equipar a los bomberos", manifestó el jefe. Próximamente lanzarán una nueva campaña para captar más socios y van a ofrecerlo puerta por puerta, para adquirir un nuevo equipamiento que utilizarán en la ciudad y la zona de influencia.
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