En sus viajes anteriores a San Luis, Claudio María Domínguez sentía una conexión especial. Pero se lo atribuía a la buena vibra del paisaje y de la gente que lo recibía. Sin embargo, en la visita que comenzó a principios de semana descubrió que ese lazo era más que afectivo. Era casi familiar.
El ex niño prodigio de la televisión lo explica: “Mi apellido es Domínguez Saá, así que yo siempre le decía a Adolfo (Rodríguez Saá a quien conoció por su labor periodística) que debíamos ser parientes”-contó entre risas-. La resolución final de la historia llegó cuando conoció a Alberto. “Cuando llegué me contó que encontró a un tatarabuelo mío, que le decían 'Lanza Seca'. Eso me hizo tan feliz y me permitió develar con razón todo lo que me pasaba: tenía raíces acá, era un conocimiento genealógico”.
Con su conocida personalidad jovial, Claudio regresó a la provincia para devolver un poco detoda la buena onda que siempre le entregó el suelo puntano. Dará una charla esta tarde, a las 20, en la sala Berta Vidal de Battini y mañana en "Fetiche", el restó de "Los Cedros".
Otra característica de San Luis que le llamó la atención desde siempre al guía espiritual fueron los paisajes. “Creo que San Luis es realmente otro país, uno cuando viene entra en un estado de salud mental, es una tierra muy curadora. Toda la provincia tiene lugares mágicos”, aseguró.
Al momento de la entrevista con ETC., Domínguez estaba en Merlo, contemplando el Algarrobo Abuelo en la tierra de Antonio Esteban Agüero. “Veo este árbol, que ya tiene tantos años, y pienso que estar en Argentina y morirse de hambre es ser un vago mental, porque acá todo crece”.
La semana de Claudio comenzó en la villa del microclima con una charla en un salón de la ciudad que solventó con las donaciones de quienes participaron. “Voy a explotar mi semana puntana con todas las actividades que pueda”, aseguró.
Además de los encuentros con el público, Claudio encabeza en San Luis un retiro espiritual de tres días en Potrero de los Funes, otro de los lugares que lo atraen. Aseguró el rey de la buena onda que Potrero es ideal para contemplar la vida desde el ángulo positivo de las cosas.
Claudio adelantó que en sus charlas hay “mucho humor, mucho amor y mucha compasión". Y señaló que el mayor desafío es "aprender a salirnos de los miedos y a regalar nuestra ausencia a quienes no merecen nuestra presencia”.
La interacción es una de las características más sobresalientes de estos encuentros.
“La gente pregunta un montón de cosas: algunos tienen interrogantes realmente profundos, otros van con preguntas más epidérmicas; pero todos van en busca de algo más, de ser diferentes, de ser mejores. Eso es lo que me gusta de las charlas que doy”.
Domínguez luego continuará con su carrera como guía en los medios, donde tiene una gran presencia. El hombre saltó a la fama cuando se presentó y brilló en “Odol pregunta”, el ciclo que conducía Cacho Fontana. Su carrera en los medios no paró: fue guionista y condujo un programa junto a Fontana y, más adulto, comenzó a mostrar su costado espiritual con su programa “Un mundo mejor”, el resultado de una carrera periodística en la que entrevistó a tres personas claves Juan Pablo II, Sathya Sai Baba y a la Madre Teresa de Calcuta.
“Ahora estoy en radio Pop y ya me dijeron que mi programa vuelve a la tele después del Mun- dial", dijo el conductor que en su costado de escritor tiene asistencia seguida en la Feria del Libro de Buenos Aires, donde todos los años presenta un libro. "Este año fue ‘Mitos del alma’ y quedamos muy conformes con la repercusión”, dijo.
Además, Claudio manifestó sus ganas de hacer un programa con base en San Luis, para mostrar las bellezas puntanas pero desde el punto de vista espiritual.
Este año, Claudio tenía ganas de hacer varias actividades gratuitas. “Siento que tengo que devolver un poco”, aseguró.


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