El tango, el fútbol y la química. En ese orden, esas podrían ser las pasiones que guiaron la vida de Esteban Jáuregui, un hombre que a los 85 años mantiene inalterable el rito del café diario en la peatonal -antes era en el bar El Paseo- y que esta noche será homenajeado por un grupo de artistas.
Como docente, Jáuregui tuvo de alumno al actual rector de la UNSL, Félix Nieto Quintas.
La combinación de fórmulas y elementos le dio la posibilidad de ganarse la vida y ser nombrado profesor emérito en la UNSL. "Es un título que me llena de orgullo y que me permite ir a la Universidad cada tanto a encontrarme con amigos", dijo el docente, jubilado hace casi 20 años.
El fútbol lo tiene todavía atado al televisor cada vez que puede. "Sufriente" hincha de Racing, sus recuerdos mayores son haber vivido de cerca "el mejor fútbol que se jugó en el país"; el de La Máquina riverplatense y el de René Pontoni, entre otros exponentes.
Pero es el tango su atractivo mayor. Por varias razones: su acompañamiento a lo largo de su vida, la posibilidad de escucharlo cada vez que quiere en algunos de sus más de dos mil discos y la bohemia que vivió en la década del 40, cerca de todas las orquestas que fueron estrellas en esos tiempos.
Osvaldo Pugliese, Astor Piazzolla, Aníbal Troilo, Horacio Salgán, Osvaldo Fresedo y todos los exponentes de aquellos años gloriosos tuvieron algún momento compartido con Esteban. "Pareciera que fueran figuras inalcanzables, pero en aquellos tiempos era muy fácil sentarse con ellos a tomar un café y hacerles todas las preguntas que quisiera. Eran muy accesibles", recuerda el docente, quien aclara que, cuando era todavía un purrete, no compartía las veladas alcohólicas con sus ídolos: "Tomaba naranjada".
Muchas de esas experiencias inolvidables, Jáuregui las relató en "Suena un fuelle", el histórico programa de radio que compartió durante 18 años con Alberto Jáimez, en varias emisoras de San Luis. "Estuvimos en FM Libre, Popular, Dimensión, Nacional y terminamos en radio Universidad", señaló el docente.
Inseparable compañero de micrófono, Jáimez, psicólogo y también tanguero apasionado, recordó que las emisiones comenzaron en 1990 y que nunca hubo separaciones.
"Nos ofrecieron cientos de veces hacer programas de tango por separado una vez que dejamos de hacer 'Suena un fuelle", pero nunca rompimos el pacto", dijo Jáimez.
Esteban nació en una estancia cercana a Trenque Lauquen y luego su familia se radicó en Los Toldos, donde conoció de primera mano "todas las infamias y todas las verdades que se dijeron sobre Eva Perón". La conclusión de todas esas versiones fue un profundo respeto a la figura de la protectora de los descamisados. "Fue una mujer muy importante para el país", opinó Jáuregui.
La adolescencia lo encontró en La Plata, donde se aferró al tango, se hizo socio de Estudiantes y empezó a estudiar Química. En 1964 ganó un concurso como profesor titular en la UNSL y se radicó en la provincia.
"La profesión me dio muchas cosas, una de ellas fue ir varias veces a España, gracias a un intercambio que la Universidad tiene con la de Valencia", señaló.
Una de las ventajas generacionales que Esteban enumera para explicar su gusto por el tango es la de haber vivido la época de oro, "cuando en Buenos Aires había un bar de tango en cada esquina". El docente puede mencionar anécdotas producidas en esos reductos con cualquiera de las figuras más trascendentes de la calle Corrientes.
"Los grandes directores de orquesta tocaban media hora y después descansaban otra media hora y se sentaban a las mesas. Ahí íbamos nosotros y nos poníamos a charlar", señaló. Fue en una de esas conversaciones que el mismísimo Piazzolla le advirtió que Pugliese estaba a punto de revolucionar el tango con "La Yumba". "Y tenía razón. Después de eso, nada fue igual", dijo el profesor.
Tan cerca estuvo Jáuregui del tango que dos de sus grandes amigos de la secundaria fueron Juan Carlos "El Negro" Cobos y Jorge Sobral, dos grandes cantores que pasaron por las orquestas más prestigiosas de la época. "Yo estaba con Cobos, que era un descarado, cuando se presentó a Troilo y le dijo que quería cantar. 'Pichuco' le preguntó qué tango iba a hacer y Juan le respondió que 'Sur'. No quedó en la orquesta, pero Troilo lo mandó a que lo viera a Pugliese. Una semana después 'El Negro' se fue de gira a Europa".
Esteban está convencido que aquellos años dorados no regresarán, pero tampoco reniega de las renovaciones que experimentó el género en los últimos años. "No me disgusta lo nuevo, pero no están las figuras que había antes. El tango se graba poco y surgen pocas figuras, pero siempre habrá cantores. Es difícil que maten al tango".
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