El mercado de propiedades puntano sigue con su Vía Crucis. En las inmobiliarias aseguraron que por la inflación los períodos de negociación para alquilar casas y departamentos en la ciudad de San Luis son más extensos, aunque aclararon que hasta ahora las turbulencias de la economía nacional no implicaron un descenso de este tipo de operaciones. A principios de año las renovaciones en la capital provincial habían pegado un salto de un 25 por ciento.
“Los plazos de negociación se dilatan. El tema es que las dos partes se tienen que acomodar. Es lógico que el inquilino pague un poco más porque el dinero se ha desvalorizado, pero el propietario también tiene que adecuarse a las circunstancias”, aseguró Fernando, de Olcese Inmobiliaria. “Hoy pactás un precio y no sabés por la situación macroeconómica cómo estará en el futuro, por eso, las negociaciones se hacen más trabajosas“, agregó Victoria, de Atipik.
“Hay demanda de alquileres, pero hemos observado que muchos propietarios detuvieron las ventas para ver qué pasa con la economía”, destacó Edith, de Trinidad Desarrollos Inmobiliarios.
El sector sintió como pocos los efectos de la brusca devaluación de principios del 2014, y en todos los casos las renovaciones son acordadas con un "piso" muy superior al de años anteriores.
“Para no tener problemas tratamos de que las operaciones se cierren con una actualización de un 30 por ciento anual”, señalo Edith. En Olcese manejan un porcentaje similar.
Victoria aseguró que un factor que complica las transacciones en San Luis es que no existe una tabla de valores que aquilate adecuadamente cualidades objetivas de casas y departamentos, como los metros cuadrados cubiertos o el estado de conservación que tiene el inmueble.
“Cada propietario pide lo que quiere ganar y eso hace que el mercado se vuelva un poco irracional”, afirmó.
A pesar de los inconvenientes, en la capital provincial la demanda por los alquileres no decayó. En Atipik dijeron que la oferta es escasa, y que lo poco que está disponible finalmente se alquila.
En el centro de la capital un monoambiente a estrenar cuesta alrededor de 2 mil pesos mensuales. El que quiera acceder a un departamento de un dormitorio deberá pensar en abonar entre 2.700 a 3.200 pesos, según la infraestructura y el nivel de comodidades que tenga el inmueble. La mayoría de los clientes provienen de otras provincias.
La caída en las ventas
Los alquileres se las arreglan para salir a flote. Sin embargo, éste no es el caso para la venta de propiedades, que después de un repunte cayeron en un pozo que no muestra indicios de mejora. La inflación, de nuevo la gran culpable.
“Las operaciones disminuyeron de manera terrible. Si el vendedor recibe pesos no los puede conservar por mucho tiempo porque sabe que un plazo de seis u ocho meses ese monto se desvaloriza en un 20%”, indico Fernando. Edith destacó que la comercialización de terrenos muestra un poco más de dinamismo.
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