Bajo un sol algo tímido, que no alcanzó a compensar el frío de la mañana, el Tedeum en la Catedral dio inicio a las celebraciones por el 204º aniversario de la Revolución de Mayo. El obispo Pedro Daniel Martínez le habló a una feligresía expectante, que tuvo en la primera fila de la nave central al gobernador Claudio Poggi y al intendente capitalino Enrique Ponce, ambos acompañados por sus esposas.
"La Patria es mejor o peor según como seamos nosotros. Hay que ponérsela al hombro".
Tras una breve lectura del Evangelio según San Juan, la máxima autoridad de la Iglesia en San Luis comenzó su homilía con un repaso histórico. Aseguró que "los Padres de la Patria nos legaron esta tierra y también una forma de ser". Y pidió no quedarse sólo en lo que significa el 25 de Mayo para todos los argentinos. "La patria comenzó antes, es vida, se gestó con tiempo y trabajo. Aquella sociedad ya tenía escuelas, universidades, barrios, ciudades, criollos, gauchos y aborígenes", recordó.
En la última parte de su alocución, que duró poco más de diez minutos, se refirió al futuro, por lo que inevitablemente posó la mirada sobre los chicos. "Dejemos que los niños sean niños, no les robemos lo mejor que tienen, que es la inocencia", pidió en sintonía con lo que había dicho en ocasión de la festividad del Cristo de la Quebrada.
La ceremonia finalizó con el himno del Tedeum, cantado en latín por un coro desde lo alto de la Catedral. Las banderas de ceremonia se fueron retirando de a una y la banda le puso estrofas marciales a la despedida.
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