Las trabas a las importaciones aún perjudican al sector de la salud privada, que tarde o temprano tiene que buscar paliativos para los productos que no consigue, muchos de los cuales ni siquiera poseen un sustituto de manufactura nacional. Quienes brindar atención médica expresaron que entre los insumos que más escasean se encuentran los anestésicos, los antibióticos, el suero y los repuestos para aparatos de alta complejidad.
La mayoría los insumos provienen de Estados Unidos, Francia, Inglaterra y Alemania.
“Buscamos reemplazar aquello que no entra al país, pero una de las cosas que más cuesta conseguir son los repuestos para los paneles de oxígeno y las válvulas”, aseguró Guillermo Fiesta, director del Sanatorio Rivadavia. Por mes utilizan unos diez mil metros cúbicos de este gas, que viene en garrafones y tubos. Lo usan los pacientes que ingresan a las salas de operaciones y los que están internados en terapia intensiva y en la unidad coronaria.
En la Clínica Italia, Raúl Samper, indicó que las retenciones en la Aduana argentina les generan un grave inconveniente. “Tenemos un repuesto del tomógrafo pago hace un año. Viene de Estados Unidos y debería haber salido de las oficinas el 30 de abril, pero todavía no llega", afirmó.
Los enfermos agudos requieren antibióticos de alta complejidad, las demoras incluyen al Meropenem, se utiliza para tratar enfermedades como la neumonía y la meningitis, y el Imipenem, que es muy usado con las infecciones intrahospitalarias.
Los descartables, de corta duración, como los tubos de plásticos de los respiradores, están incluidos en el retraso.
Además, hay falta de regularidad en la llegada de Sevorane, el cual es un anestésico líquido. Fiesta puntualizó que si bien la entrega ya se normalizó al 70 por ciento, el pago debe ser hecho de contado y se trata de un insumo “irreemplazable”.
En general, el desabastecimiento de uno u otro medicamento de marcas importadas es cíclico y no responde a un patrón determinado. “A veces demoran en traernos suero, sondas y albúminas (proteínas). Nosotros hemos podido resolver los inconvenientes, pero no hay en la cantidad que quisiéramos”, expresó. La provisión debe ser medida, porque muchos remedios suelen tener vencimientos menores a los dos años.
Otro factor negativo es la reducción en los plazos de los pagos a los proveedores, que pasaron de ciento veinte a treinta días máximo o directamente en efectivo. Samper dijo que las placas subieron en un ochenta por ciento su costo en pesos, por la diferencia con el dólar y la constante devaluación de la moneda local. Y manifestó que hacen "pequeños stock de lo imprescindible. Con los reactivos de laboratorio, cambiamos nuestra tecnología para usar los nacionales".
Las trabas en el ingreso de productos exceden lo exclusivamente médico y abarcan incluso a los materiales edilicios que las clínicas necesitan desde principios de año. En el sanatorio Rivadavia la obra de reacondicionamiento lleva un retraso de tres meses. “Tenemos que colocar un piso específico, que es para centros de salud, y cuesta conseguirlo”, afirmó Fiesta. Los espacios, que deben poseer una estricta limpieza y desinfección, se valen de pisos de vinilo. Estos son resistentes, antideslizantes y no conductivos (condición obligatoria en quirófanos y laboratorios), además por su alta densidad son antibacterianos y de fácil mantenimiento.
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