El alcohol y el volante son una mala combinación. Pero este efecto se potencia aún más, y pone en riesgo a más personas, cuando los que están alcoholizados son choferes de un camión o un micro de larga distancia. Por eso, la Policía Caminera intensificó en las últimas semanas los controles de alcoholemia a los conductores de este tipo de vehículos para prevenir accidentes en las rutas provinciales.
Para los conductores de camiones el test de alcoholemia debe dar cero.
“Controlamos más a los choferes. Antes uno no podía imaginar que alguien que trabaja para una empresa de transporte podía incurrir en este tipo de faltas, pero esto es algo que ahora se está viendo”, afirmó Marcelo Balbo, jefe de la Policía Caminera, quien recordó que aquellas personas que manejan transportes de carga o de pasajeros deben dar cero en el examen de alcoholemia. Es decir, ningún rastro de haber ingerido alguna sustancia etílica.
En el caso de los conductores de autos el margen permitido llega a 0,5 gramos de alcohol en sangre, una medida que es alcanzada a través de la ingesta de un vaso de vino, o un vaso y medio de cerveza.
Un factor que genera preocupación en las autoridades es que en la provincia las pruebas de alcoholemia que arrojan valores superiores a los permitidos manifiestan cifras cada vez más elevadas.
Balbo señaló que hace unas semanas, antes de ser interceptado un camionero de Buenos Aires de apellido Galeano que tenía 3,1 gramos de alcohol en sangre, habían realizado un test a un automovilista que dio 3,8 gramos de alcohol en sangre por litro. “Éste es un nivel en el que se puede estar entrando a un coma alcohólico”, advirtió el comisario de la Policía Caminera.


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