Sir Chaplin, un grande de la cultura

Sir Charles Spencer "Charlie" Chaplin, nació en Londres, Inglaterra, el 16 de abril de 1889 y falleció en Suiza, el 25 de diciembre, la Navidad del ’77, creo que a las 3 o 4 de la mañana.
¿Quién fue Chaplin?
Fue quizás uno de los más grandes y más populares actores de siglo XX. Creo que casi indiscutidamente fue el número uno de lo que se conoció como el cine mudo y fue también el único, o uno de los muy pocos, que sobrevivió del cine mudo al cine parlante, hablado, con música y banda de sonido.
Fue actor, uno de los más grandes, si es que no el más grande humorista. No hay humor si alguien no recuerda, o de alguna manera, imita o hace una alusión en la historia del humorismo, a Charles Chaplin.
Fue compositor de música, grabaron su música, los grandes como Nat "King" Cole, las grandes orquestas grabaron “Candilejas”, un tema romántico, fantástico, que es la música central de la película “Candilejas”, y que es considerada tal vez una autobiografía. Trata de un actor que se pone medio viejito a quien le aparece una chica que quiere ser actriz; él la prepara, la forma y se da cuenta que está enamorado, pero la deja ir, que vuele, que vaya con su amor.
Fue director de cine y en la última película que dirigió, “La condesa de Hong Kong”, actuaron Marlon Brando y la italiana Sophia Loren. Él fue el guionista, productor, dramaturgo, todo.
El personaje de Chaplin más emblemático del cine mudo fue “Charlot”, que es el que recordamos con el sombrero bombín. Él se vestía para ese personaje casi como un duque, con ropa refinada y de la época, podríamos decir, ropa de la nobleza inglesa. Pero era el personaje de un noble, un refinado, venido a menos y mezclado con las clases populares. “Charlot” representaba los gustos refinados de la nobleza venida a menos, la aspiración a ser clase media y mezclado con los trabajadores de las clases populares, lo que hacía a Chaplin un ídolo y que todas las clases sociales se sintieran representadas en “Charlot”.  Representaba los problemas de esta situación de ser un refinado venido a menos, buscando trabajo y siempre en contradicción con el poder, con la policía. Era como un vagabundo refinado. Todo eso lo hacía un personaje híperquerible, sensible y adorado, querido por todas las clases sociales. El cine se hacía popular, se hacía más masivo a las clases sociales. Todas se veían representadas en “Charlot”, en un personaje que creció hasta la inmensidad.
Chaplin no era ajeno al cambio de los tiempos y a la vida política y entonces tuvo siempre una enorme participación con sus ideas en la cultura política. Si bien él no era un militante político, se involucraba. Cuando llegó el pase del cine mudo al cine parlante, una de las primeras películas en las que se escuchó su voz fue en “Tiempos modernos”.
“Tiempos modernos” es una enorme crítica al método tayloriano. Y como en Estados Unidos querían imponerlo, se puso de pica con los grupos de poder, la clase dominante y los grupos empresariales. No miraron muy bien a este crítico del método tayloriano.
El método tayloriano, vamos a decirlo sintéticamente, es un búsqueda de capturarle el horario, el tiempo, al obrero. La película se llama “Tiempos modernos”. Él extrajo a ese obrero que representa  Chaplin  a quien le capturan, le roban el tiempo y él lucha porque no se lo roben. Este “desnudar” a los tiempos modernos, al sistema tayloriano, le ocasiona una suerte de primer golpe o primera crítica enorme al sistema capitalista.
Luego, con la Segunda Guerra Mundial, él hizo la película “El gran dictador”, donde hizo de un barbero, aunque era una humorada, o una copia de Adolfo Hitler. Al ser una copia de Hitler, tomarlo con humor y ver lo grotesco que resultaba el personaje, lo destruyó. Fue una enorme destrucción intelectual a Hitler, desde el humor, lo ridiculizó. Entonces Hitler, a quien le tenían miedo, pasó a ser un personaje del que te reís. Por eso todos los documentales han elegido al Hitler cuando está exagerado, ese modelo exagerado, porque a todos les entró la vacuna que puso Chaplin en “El gran dictador”. Esto generó que se derrumbara Hitler ante los intelectuales del mundo, aunque muchos de ellos lo veían -se hacían los distraídos- y lo veían con cierta simpatía. En el mismo Estados Unidos, donde hubo gente que fue colaboradora, como en el caso de Ford y de algunas empresas. El caso del papá de John Kennedy, Joseph Kennedy, que fue embajador norteamericano en Inglaterra y decían que tenía cierta simpatía por Hitler.
Cuando apareció “El gran dictador”, lo fulminó a Hitler. Hay que volver a verla porque es una maravilla del cine, de cómo con humor y con nada, podés destruir una imagen como la de Hitler, que en ese momento estaba en su cumbre. Él la destrozó.
La película fue prohibida en España por Francisco Franco y creo que a la muerte de Franco recién la pudieron ver los españoles, porque también podías decir que, pese a que tenía bigotito y era Hitler, también era Franco quien estaba ridiculizando por el “El gran dictador”.
Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial y comenzó la Guerra Fría, Chaplin participó en una muestra de arte, del arte ruso en New York y tuvo una cierta solidaridad con alguna posición de la Unión Soviética o Rusia. Hoover, famoso jefe del FBI, aportó datos para que el Tribunal de McCarthy, del Senado de los Estados Unidos, lo cuestione. Lo convocaron y Chaplin, junto con diez intelectuales y hombres de la cultura y del cine se negó a concurrir, amparado en los derechos de la Primera Enmienda de los Estados Unidos. Y ellos no supieron cómo hacer -por el enorme prestigio que tenía Chaplin en el mundo de la cultura, del cine, del mundo intelectual- y buscaron algunos pretextos. Uno de ellos fue que Chaplin tenía una vida privada bastante agitada, se había puesto de novio con una chica de 18 años a quien llevó de un estado a otro. Por una ley, llamémosle de moralidad, se consideró que a la menor la llevaba con fines de prostituir. Luego ella fue su esposa.
Después comenzaron a buscar la manera de cómo encarcelarlo. Cuando viajó a Inglaterra a presentar una de sus películas, creo que “Candilejas”, lograron que le prohibieran el retorno a Estados Unidos por la ley de inmigración, que no lo aceptarían de nuevo.
Chaplin siguió en Europa, después se radicó en Suiza y ahí hizo las películas finales, “Candilejas” y “La condesa de Hong Kong”. Finalmente volvió  a Estados Unidos, lo reivindicaron, le otorgaron un Oscar por la música de “Candilejas” y le hicieron reconocimientos de todo tipo, como pidiéndole disculpas.
Falleció con sus facultades mentales bastante destruidas. Pero el mundo lo considera uno de los grandes hombres de la cultura, del pensamiento, del cuestionamiento al poder. Un grande. Y si tenés que citar los diez más grandes actores u hombres del cine, tenés que ponerlo en un lugar a Sir Charles Chaplin, inglés, un triunfador en el mundo y uno de los grandes actores de la humanidad.
En San Luis tuvimos la oportunidad de conocer a la hija, Geraldine Chaplin, que protagonizó “Doctor Zhivago”. Ella se casó con un español y habla perfectamente este idioma. Cuando vino a San Luis dio clases, participó en el Festival de Cine, se involucró con nuestra gente, de una humildad enorme. Es un personaje dulcísimo, humilde, buena gente. Si estás comiendo, no sabés quién es el anfitrión, si ella o vos. Es capaz de levantarse a lavar los platos, de buena gente. Es una estrella máxima, tiene una filmografía enorme.