Aconsejan realizar obras para frenar la erosión en el río San Luis

La última temporada de lluvias que azotó a la ciudad, sobre todo en febrero, trajo crecidas que arrasaron el paisaje que bordea los cauces de agua. Uno de los que más sufrió las consecuencias de los desbordamientos fue el río San Luis, que tiene una fuerte erosión, un proceso que aconsejan atenuarlo con obras de infraestructura.

"La prevención siempre es más barata, con un estudio en detalle que en general nunca se hace"

El lecho que costea el Parque IV Centenario y la vera de la avenida Santos Ortiz, presenta mayores destrozos a la altura de la avenida Lafinur. Árboles de más de cinco metros de altura y muros de contención que fueron arrancados de cuajo por la brutalidad de la corriente, que junto a las carcomidas márgenes, son una prueba de que el río San Luis  es incontenible durante los períodos de precipitaciones fuertes.

"Si no se hace un mantenimiento, cuando empieza a erosionar el agua se lleva todo por delante, además que después hay que volver a hacer toda la obra de nuevo y el río se abre paso hacia el costado inclusive. Sí o sí hay que volver a hacer los saltos hidráulicos para evitar la erosión en el cauce y hacia los laterales, si no, se va a terminar llevando el puente también porque el agua lo socava", sostuvo el ex gerente técnico de San Luis Agua, Guillermo Aguado.

Aunque los gaviones (canastos de alambre tejido rellenos de piedras) son un recurso utilizado en todo el mundo como paliativo de la corrosión del agua, uno de los que está en el río San Luis a la altura de la avenida Lafinur no resistió el embate furioso del cauce. Tampoco sus laterales, que están carcomidos hacia el sur y el norte. En esta última dirección está el mayor peligro, ya que el proceso avanza hacia la Santos Ortiz, que en la actualidad está separada de la barranca del río por unos escasos 40 o 50 metros de distancia.

Este año, se registraron lluvias superiores a los 100 milímetros que, sumadas a que en el río San Luis desembocan otros cauces del circuito serrano, potenciaron los efectos destructivos de la corriente.

"Lo que pueda pasar depende del régimen pluvial: si viene un verano con mucha lluvia es muy probable que las consecuencias sean más graves y si el caudal de agua es menor, quizá pueda resistir unos años más, no hay una fecha cierta", agregó Aguado, quien insistió en que habría que construir más saltos "para disipar la energía del agua".

Una de las grandes modificaciones que se realizaron sobre la traza del río San Luis, fue en 1992 con la construcción del Parque IV Centenario, que hizo descender el afluente cuatro o cinco metros. Previo a esos trabajos, hubo una gran crecida que arrasó con el antiguo badén que estaba a la altura de la ruta 3.

Otro de los problemas que hay en el torrente, es que es utilizado como depósito de escombros y otros residuos, que contribuyen a entorpecer la corriente y hacen que el agua busque pasos alternativos hacia los costados, por lo que se amplían las márgenes.

Consultado por El Diario de la República, el geólogo y docente de la UNSL, Guillermo Ojeda, dijo que es muy probable que la erosión no avance hasta el próximo año, con la llegada de una nueva temporada de lluvias.

"Los cauces naturales con urbanización en sus inmediaciones es un problema general que hay en todos lados, que carece de planificación. El error es considerar que son zonas para construir porque el río está seco y de ninguna manera es un buen criterio, sobre todo porque estamos sujetos a cambios climáticos. No hay una visión histórica de los procesos", sostuvo el Ojeda.