“Decile a tu marido que si no me paga, le voy a prender fuego la casa con vos y sus hijos adentro". Sería lo que habría dicho ayer Ricardo Vecchio, de 48 años, cuando se presentó, junto a tres acompañantes, en la casa de José Cristian Gil, dueño de dos carnicerías, y fue atendido por su esposa, Marta Pérez, quien hizo la denuncia.
"El hombre quería que le pagaran. Evitó la vía judicial, para elegir la más rápida, pero ilegal"
Al parecer, el hombre viajó desde Santa Fe a San Luis para exigirle a Gil que cancele una deuda por la compra de pollos que le habían entregado hace meses, pero como él no estaba le dejó el agresivo mensaje a la mujer.
Luego de las amenazas, el acreedor extrajo un arma y efectuó al menos tres disparos al piso para intimidar a la mujer, uno dio en un portón y quedó dentro de una camioneta que estaba en el garage, según informó una fuente policial.
Cuando intentaban escaparse en la Toyota SW4 gris, una patrulla los interceptó para controlar a los ocupantes.
Los agentes secuestraron una pistola 9 milímetros y la camioneta, quienes tenían la documentación correspondiente.
"El hombre quería que le pagaran. Pero evitó la vía judicial, para elegir la más rápida, pero ilegal", expresó el oficial principal Jesús Farías, subjefe interino de la Comisaría 6ª.
El altercado fue cerca de las 10, en la calle Marcelino Poblet al 300, en San Luis, donde Vecchio, acompañado de tres hombres de apellido Gargari, Farías y Saldani, intentaron presionar a Gil y regresar a Santa Fe con el dinero.
Además de no conseguir eso, quedaron imputados por abuso de arma de fuego, daños y amenazas.
Los acusados fueron detenidos porque los vecinos, al escuchar los disparos, llamaron al 911, lo que permitió que llegara un móvil que estaba de recorrida a dos cuadras del lugar.
"Vecchio se hizo responsable de ser el autor de los disparos, pero los investigadores esperan los resultados de las pericias para confirmarlo", dijo el oficial principal. "Por eso los cuatro ocupantes de la Toyota fueron sometidos a la prueba del rodizonato de sodio, y determinar quién tenía pólvora en la mano", refirió.
Al tratarse de un delito excarcelable, el agresor hoy quedaría en libertad, al igual que los otros tres, que estuvieron alojados en la seccional porque no cuentan con antecedentes en otra provincia.
Pericias
Los investigadores hicieron una inspección ocular para encontrar las vainas servidas, pero no fue posible. Suponen que los atacantes las levantaron y las sacaron de la escena.
Además, revisaron el frente de la casa para determinar dónde se produjeron los impactos. "Uno de los proyectiles quedó incrustado en el asiento del conductor de una Volkswagen Caddy", comentó Farías. "El otro estaba en un caño de PVC que es utilizado como desagüe del jardín", concluyó.
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