Advierten por choques constantes en Martín de Loyola y Catamarca

Si la industria automotriz quisiera hacer pruebas de choque para mejorar la seguridad de los automóviles en escenarios reales, entre las múltiples opciones que tiene para elegir, seguramente seleccionarían la esquina de las calles Martín de Loyola y Catamarca, que marca el límite entre los barrios Policial Nuevo y Amppya. Allí, los vecinos advierten que es un peligroso cruce donde al menos una vez a la semana ocurren graves accidentes que por el momento no dejaron víctimas fatales.
Para cualquier extraño que vaya hasta esa zona norte de la ciudad, todo resultaría normal: chicos que van y vienen de la escuela, negocios de todos los rubros que atienden a sus clientes, pasajeros del transporte público que esperan pacientemente el colectivo y autos que circulan sin ningún problema.
Pero al llegar a la intersección de Martín de Loyola y Catamarca llama la atención una estructura de fierros retorcidos que nacen del suelo y escombros desparramados. En esa esquina una ferretería en la que su propietario, Julio Rosales, tuvo que construir un muro de contención, cauteloso de que algún día un vehículo termine en el mostrador de su local.
“Hay accidentes constantemente, por lo menos uno por semana. Tuve que poner la pared de freno porque casi siempre después de un choque los autos salen disparados para cualquier lado. Ya lo destruyeron unas cinco o seis veces", aseguró Julio.
Aunque ambas calles son peligrosas, la más riesgosa es Martín de Loyola, ya tiene una función de avenida que hace de nexo entre los barrios del este y el centro-oeste de la ciudad. Además, los únicos semáforos más cercanos están en el cruce con el pasaje San Francisco y la calle Riobamba, por lo que hay cuatro cuadras en los que no hay medidas de seguridad vial que obliguen a los conductores a reducir la velocidad.
A eso, hay que agregar que para cruzar por Catamarca, es imposible hacerlo sin asomar la mitad del vehículo, debido a la estrechez de las esquinas que sumado a los automóviles que se estacionan en ambos sentidos de Martín de Loyola, impiden la buena visión.
"Los reclamos para que pongan un semáforo o al menos un lomo de burro vienen desde que estaba en la Intendencia de Carlos Ponce. También hablamos con Pérsico (Daniel), Lemme (Alicia) y Ponce (Enrique, actual jefe comunal de San Luis). Todos nos dijeron que nos iban a dar una solución y todavía estamos esperándola, hasta ha venido gente de la Municipalidad a sacar fotos e inspeccionar la zona, pero no pasó nada", señaló Julio.
Los vecinos que viven justo en esa intersección, aseguraron que después de cada choque han sido testigos de cómo un joven volaba de una moto hasta aterrizar en el parabrisas de un automóvil, cómo una fila de cinco taxis estacionados eran embestidos por un vehículo sin control o también ver cómo, después de un impacto, los coches involucrados terminaban a 25 metros del punto de colisión. Uno de ellos dio contra una soga de alambre transversal que sostiene un poste con tendido de cables telefónicos, que dejó la columna de madera quebrada en su base y sostenida por una luminaria.
"Son un peligro de punta a punta estas calles, por acá pasan a 60 (kilómetros por hora), pero eso alcanza para que se den una tremenda piña. Además en la zona tenemos una guardería y dos escuelas, y hay chicos que van solos con sus hermanos. Creo que lo mejor es un lomo de burro", agregó otro comerciante de la zona, Carlos Videla.