Fiesta patronal de San Cayetano: "Si no hay trabajo, no hay dignidad"
El obispo, Gabriel Barba, remarcó el ejemplo del santo, que siguió los pasos de Cristo. Resaltó conceptos de un escrito de la Conferencia Episcopal, donde se remarcó que ninguna medida puede considerarse exitosa si implica la pérdida de empleo.
Paz, pan y trabajo. Bajo esos dones, miles de fieles católicos en toda la provincia le pidieron a San Cayetano por un futuro mejor. Otros tantos le agradecieron gracias recibidas. Pero todos confluyeron en una premisa indiscutible: "Si no hay trabajo, no hay dignidad". Aunque hubo misas en múltiples parroquias, las celebraciones centrales fueron en San Luis, Villa Mercedes y Colonia Argentina (a 3 Km al oeste de Carpintería).
Cada año, la fecha es ampliamente convocante. Esta vez no fue la excepción. La realidad golpea fuerte en la sociedad y se advirtió un importante número de fieles que rogaron intercesión para un milagro: tener el pan en la mesa. Pan de vida, recibiendo a Cristo, quien sacia toda hambre, pero también el pan material que alimenta a todas las familias.
En San Luis, la Parroquia ubicada en Yapeyú y Tomás Jofré, recibió a muchísimos fieles a lo largo del día. Por la mañana, ofició misa el obispo, Gabriel Barba. En Villa Mercedes, monseñor hizo lo propio a las 16, luego de una amplia procesión que dio testimonio de fe y esperanza.
Un mensaje fuerte
En Villa Mercedes, Barba remarcó un concepto fundamental que deviene de los salmos: "Feliz el hombre que teme al Señor". Ese temor de Dios no implica un miedo a la deidad, sino un santo temor que se opone a la soberbia, a la indiferencia. El obispo lamentó que en la actualidad, la sociedad vive a espaldas de Dios, como si Dios "no nos viera", como si no se tuviera que rendir cuentas algún día, cuando uno tenga que ir al otro lado del sol. Mencionó ese temor de Dios es uno de los dones del Espíritu Santo y nos ayuda a definir que una sociedad que le da la espalda a Dios "camina hacia el abismo". Y justamente, una sociedad en la que sus hermanos quedan afuera del sistema, es un núcleo que avanza en lo superfluo, en lo mezquino.
"Hay muchos dones que Dios nos da, que hemos desarrollado por la vida, con los estudios. ¿Qué hacemos con eso? la verdadera felicidad no está en autosatisfacerse. La verdadera felicidad la vamos a encontrar en la medida en que vivamos amando a Dios y amando al prójimo. San Cayetano se hizo importante por cómo desarrolló su vida: ganándose un tesoro en el cielo, donde el ladrón no llega y la polilla no corroe", subrayó.
Líneas de la Conferencia Episcopal
En la homilía, Barba abordó conceptos de un comunicado reciente de la Conferencia Episcopal Argentina, donde se denuncia el grave drama laboral del país. "Devoción es expresión profunda de la fe de nuestro pueblo, que no se resigna al sufrimiento y con esperanza y solidaridad, reza y camina. Este día nos invita a escuchar el clamor de tantos hermanos y hermanas que ven en el trabajo la posibilidad de ser útiles. Trabajar constituye un derecho fundamental que construye vida propia, grupo familiar y sostiene el tejido social", leyó el obispo.
"La falta de trabajo hiere la dignidad de las personas. En todo plan económico, cuidar el empleo y las fuentes laborales debe ser una prioridad indeclinable. Ninguna medida puede considerarse exitosa si implica que los trabajadores pierdan su empleo y vivan con incertidumbre", agregó en referencia al documento.
Sobre el final de la homilía, pidió intercesión a San Cayetano para que ilumine al país, a la provincia y a las localidades. "Pedimos a Dios que renueve la esperanza y el compromiso de construir juntos el bien común", concluyó.


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