Recolectora de estrellas

Los sabios consejos de su abuela inspiraron y lograron que Maiá Noé se radique en San Francisco del Monte de Oro. La bailarina e intérprete no conocía San Luis y hace dos años, en un viaje programado a Catamarca que no se cumplió, decidió quedarse en la ciudad que la cobijó junto a su familia.

La artista tuvo que dejar toda su vida en Buenos Aires. Las obras que dirigía, los espectáculos y los elencos que estaban a su cargo quedaron en standby porque lo importante fue cumplir el deseo de su abuela, quien vio las imponentes sierras del norte puntano y se enamoró para siempre.

"Pensamos la posibilidad de quedarnos a conocer personas y buscar espacios, y terminamos acá. Nunca llegamos a Catamarca porque tuvimos cuatro intentos de seguir viaje, pero siempre pasaba algo como las ruedas pinchadas o los permisos para circular que no teníamos. El destino quiso que este sea nuestro lugar", expresó Noé.

Pero quedarse quieta no fue una opción. En medio de la incertidumbre de cómo seguir trabajando de lo que le gustaba, Maiá descubrió el Centro Cultural de San Francisco y se comunicó con su director Marcelo Vivas para saber si en el lugar existía una compañía de danza. Al ver que nadie se había animado a crearla, se le prendió la lamparita y buscó la forma de juntar el capital necesario para armarla.

Con la perseverancia como compañera, se anotó en la convocatoria nacional "Gestionar futuro" y salió seleccionada para adquirir un subsidio que destinó a la creación de la compañía. Luego, llamó a inscripciones y el próximo sábado serán las audiciones, donde seleccionará los bailarines que formarán parte del elenco estable.

"Necesito que la compañía tenga un carácter heterogéneo, con diferentes habilidades dentro de ella, porque quisiera que el pueblo se sienta identificado con las obras que produzcamos. Busco habilidades y cuerpos distintos, para poder darles el espacio a personas que no tienen un lugar para expresarse. Vamos a componer y a trabajar con esto, generaremos algo original sin la intención de copiar productos, sino sacar la potencia que tienen guardados los artistas de la localidad", aseguró la directora, quien tiene como primer objetivo generar una obra propia para las vacaciones de invierno y así, salir a recorrer toda la provincia con el espectáculo.

En Buenos Aires, Maiá trabajaba como asistente de dirección de una bailarina de danza butoh que la acompañó en funciones y giras. A la vez ella misma interpretaba sus obras y dirigía un elenco que tuvo una presentación hace pocos meses en San Pablo, Brasil, con el que siguió su recorrido, y el montaje lo hizo de manera virtual. "Trabajo con las obras que ya están cerradas y a su vez genero desde acá lo que haga falta para continuar", agregó.

Agradecida con el pueblo, el deseo de la bailarina es que San Francisco brille por sus artistas. "Siempre sentí un muy noble recibimiento de mis vecinos. Por eso busco que los bailarines sean de la localidad, porque siento que tienen mucho para dar y mostrar la cultura que tenemos en el pueblo", concluyó.