Una campaña estival que no será recordada con cariño

La Bolsa de Córdoba tiene colaboradores distribuidos por las distintas zonas productivas, no solo de su provincia, sino también de San Luis. Por eso, conforme avanza la cosecha de los cultivos y en base a datos proporcionados por los técnicos que aportan datos al Departamento de Información Agronómica, la entidad ajustó las estimaciones de rendimiento y producción para la campaña 2021/22, que está en plena fase de cosecha. Algunos cultivos, como la soja y el girasol, ya fueron recolectados; mientras que otros como el maíz siguen avanzando con la trilla.

Maíz: más superficie y menos rinde

Y es justamente el maíz el más importante en el territorio puntano, ya que ocupó  473.200 hectáreas, con una suba respecto a la campaña pasada del 11%. De estas, alrededor de 350 mil se estima que sean cosechables, ya que un 12% correspondería a maíz destinado a forraje. Además, el 16% de la superficie destinada a grano se habría perdido por condiciones climáticas adversas, tales como sequía, estrés térmico por temperaturas elevadas (sobre todo en la primera quincena de enero) y por heladas y granizo en los meses posteriores.

Hacia fines de mayo, el avance de cosecha alcanzó a la mitad de los lotes sembrados con maíz, quedando en pie y a la espera de lograr la humedad suficiente otras 174 mil hectáreas. Las nuevas estimaciones de producción arrojan un rendimiento promedio ponderado de 51,1 quintales por hectárea (qq/ha) y un volumen de 1.779.900 toneladas, con variaciones interanuales negativas del 21% y 14% respectivamente debido a las contingencias climáticas.

Como es costumbre en San Luis, predominó la siembra tardía (69% del total), que también tuvo el mejor rendimiento (52,3 qq/ha). El tardío de segunda ocupó el 16% de la superficie y el de primera el 15% restante. El rinde fue de 47,2 qq/ha y 44,8 qq/ha respectivamente, lo que le da la razón a los productores que quieren evitar las heladas tempranas y los golpes de calor en plena etapa de floración, la más importante para el desarrollo de la planta.

Los maíces sembrados en fechas tempranas (antes del 1º de noviembre) fueron, en general, los más afectados por la sequía y el golpe de calor y, si bien los maíces tardíos también sufrieron falta de agua, atravesaron las heladas ocurridas a fines de marzo, cuando se encontraban en pleno llenado de grano. Además, durante el ciclo también hubo caída de granizo y todos estos eventos climáticos se ven reflejados en los cálculos extendidos de rendimiento.

Otra Bolsa de Cereales, en este caso la de Buenos Aires, ubica la cosecha un poco más retrasada que sus colegas cordobeses, pero con rindes superiores, que pueden llegar a 64,9 quintales por hectárea. Como este informe se hizo en días posteriores, es posible que haya mejorado un poco el panorama general del cultivo en la provincia.

La soja perdió terreno

Las 155 mil hectáreas proyectadas con la oleaginosa representaron una merma del 23% y 32% respecto a la campaña anterior y al promedio de las últimas cuatro campañas respectivamente. Fueron alrededor de 140 mil las aptas para cosecha, ya que el 8% de la superficie sembrada se habría perdido por condiciones climáticas y, en aquellas zonas donde no hubo pérdidas, fue notable la merma en los rendimientos esperados.

Hacia fines de mayo, el 99% de lotes ya se encontraba recolectado y, según las nuevas estimaciones, el rendimiento promedio provincial sería de 19 qq/ha, con una producción de 270.500 toneladas. Estos valores presentan variaciones negativas, tanto interanuales como respecto al promedio histórico, basadas en los eventos climáticos que sucedieron a lo largo del ciclo.

Al igual que en el caso del maíz, también en soja la Bolsa porteña arroja datos más positivos en cuanto a rinde, ya que lo ubica en 25 quintales.

El sorgo no aguantó el calor

Para la campaña 2021/22 se estima que 34.400 hectáreas fueron sembradas con sorgo en San Luis, de las cuales 14.900 estarían en buenas condiciones, ya que el 57% de la superficie total se habría perdido y/o planificado para forraje.

El cereal, en principio, fue muy perjudicado por el golpe de calor que afectó a la provincia en enero y continuó con estrés hídrico alto sumado al ataque de pulgón amarillo (melanaphis sacchari), que, en zonas donde se presentó y según comentan los colaboradores de la Bolsa cordobesa, tuvo mayor incidencia que en la campaña anterior. Una vez que el sorgo comenzó a recomponerse y florecer, llegaron las heladas que terminaron de empeorar el estado del cultivo. Durante abril, el 70% de los lotes presentaba un estado entre regular y malo, condición que se refleja en las estimaciones de producción de mayo.

Durante la fecha relevada, el avance de cosecha del cultivo llegaba al 58% y el rendimiento promedio provincial sería de 21,7 qq/ha, con un rinde 46% menor al de la campaña precedente. De esta forma, el tonelaje producido llegaría a las 32.300 toneladas, con una variación interanual negativa del 47%.

En el caso de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, el rinde estimado cuando se transita la mitad de los lotes en cosecha sería de 31,7 quintales por hectárea.

El maní repitió la performance

Se prevé que la superficie sembrada con maní estaría alrededor de las 13.800 hectáreas, con una disminución menor al 1% respecto a la campaña 2020/21. Además, esta superficie tendría una participación escasa, de apenas el 4% en la zona de influencia de la Bolsa de Cereales de Córdoba, la cual alcanzaría unas 357.300 hectáreas totales, con el 83% en su propio territorio.

Durante abril se inició el arrancado y la cosecha de maní, y en mayo las labores llegaban al 100% y 40% respectivamente. Sin grandes complicaciones, se espera que el rendimiento promedio en caja limpio y seco ronde los 35 qq/ha, generando una producción de grano limpio y seco de 33.800 toneladas.

Girasol con rindes inferiores

Al igual que ocurrió con la soja, durante mayo se terminó de cosechar el cultivo de girasol. Las estimaciones indican un rendimiento promedio de 19,3 qq/ha y 89.100 toneladas de producción. Ese rendimiento sería un 6% inferior a la campaña pasada y el tonelaje un 9% mayor, explicado principalmente por el aumento en la superficie destinada a la siembra de la oleaginosa.

Contexto climático

No fue una buena campaña en cuanto al clima. Las precipitaciones del último trimestre fueron inferiores al promedio histórico (2015-2021) en toda la provincia, situación que repercutió en los rindes de la campaña, los cuales resultaron menores a los obtenidos en el período precedente y al promedio histórico en la mayoría de los cultivos estivales.

Además, los intensos calores de principios de enero condicionaron toda la campaña de granos gruesos.