Siete de cada 10 niños de 10 años en la tercera parte de los países de ingresos bajos y medianos son incapaces de comprender un texto escrito simple, según reveló un estudio sobre la pobreza en el aprendizaje, difundido por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Banco Mundial.
La pandemia de COVID-19 “ha devastado el aprendizaje en todo el mundo, aumentando drásticamente la cantidad de niños que viven en la pobreza de aprendizaje”, dijo el BM.
El informe “Estado de la pobreza de aprendizaje mundial: Actualización 2022” mostró que en numerosos países de ingresos bajos o medianos un 70% de los niños de 10 años no puede comprender un texto escrito simple, en comparación con la cifra del 57% registrada antes de la pandemia.
América Latina y el Caribe es la región donde hubo mayor impacto sobre la pobreza en la educación, por el cierre prolongado de escuelas, la poca eficiencia de la mitigación y las crisis de ingresos en los hogares, según el estudio.
Ahora en la región un 80% de niños está en el segmento estudiado, de incapacidad para comprender un texto escrito simple, frente al 50% antes de la pandemia.
Le sigue la región del sur de Asia, donde las estimaciones sitúan en 78% la proporción de niños que carece de un nivel mínimo de alfabetización, frente al 60% previo a la pandemia.
Hacer que los niños vuelvan a las aulas es solo el primer paso, pero detenerse ahí, implicaría robarles a millones de niños la oportunidad de alcanzar su máximo potencial.
Los datos emergentes que miden los niveles reales de aprendizaje de los niños en los sistemas escolares reabiertos en todo el mundo corroboran las predicciones de grandes pérdidas de aprendizaje.
En África subsahariana, los aumentos en la pobreza de aprendizaje fueron menores, ya que los cierres de escuelas en esta región generalmente duraron solo unos meses, pero ahora alcanzan un extremadamente alto 89%.
En todas las demás regiones, las simulaciones desarrolladas por el estudio muestran aumentos en la pobreza de aprendizaje.
El informe también expone que incluso antes de la COVID-19 la crisis del aprendizaje era más profunda de lo supuesto, siempre sobre la base de medir en países de ingresos bajos y medianos la capacidad de niños de 10 años para comprender un sencillo texto escrito.
Esa tasa de pobreza de aprendizaje estimada en 53% con base en mediciones de 2015 fue revisada con nuevos datos y mostró que llegó al 57% antes de la pandemia.
Para Unicef, el BM y entidades aliadas en su estudio, ese dato pone de relieve que volver al statu quo anterior a la COVID-19 no asegurará el futuro de los niños del mundo y será necesaria una vigorosa recuperación y aceleración del aprendizaje.
Todos los niños tienen derecho no solo a estar en la escuela, sino también a aprender en la escuela, adquiriendo las habilidades básicas para un aprendizaje superior y niveles de ingresos más altos algún día, lo que a su vez respalda el desarrollo equitativo y el crecimiento sostenible.
El informe propuso cinco líneas de trabajo para disminuir y superar la pobreza de aprendizaje registrada en los países menos adelantados, y la primera es llegar a todos los niños y niñas y mantenerlos en la escuela.
Luego, evaluar los niveles de aprendizaje regularmente, priorizar la enseñanza de los fundamentos, aumentar la eficiencia de la instrucción, incluso a través del aprendizaje de recuperación, y desarrollar la salud y el bienestar psicosocial.
La recuperación de la educación ayudará a recuperar las sociedades aún golpeadas por la pandemia.
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