Dejó la cárcel y robó de nuevo; 3 años de prisión

En junio de 2020, en pleno aislamiento social, Marcelo Quevedo ingresó a una despensa de calle Rivadavia, de la capital, armado con un cúter. Violentó y amenazó a la mujer que atendía y, como se resistió a que la encerrara en el baño, intentó apuñalarla. Ella tomó la cuchilla con una mano y puso en fuga a su agresor a gritos. Lo detuvieron a los pocos metros unos albañiles que escucharon el pedido de auxilio. Por ese hecho el hombre aceptó una pena a tres años de cárcel en un juicio abreviado celebrado la semana pasada. La condena podría haber sido menor si no hubiese estado bajo libertad condicional cuando robó.

Quevedo acumula tres causas, todas por robo y con una zona y modus operandi similares.

El 1° de noviembre de 2013, el imputado y un cómplice ingresaron con un arma de fuego a una papelería en calle Maipú al 600, en la zona céntrica. Fue cerca de las 14:30. Tras amenazar a dos empleados, los delincuentes huyeron con dos mil pesos y un teléfono Samsung negro de la dueña del comercio.

Nunca se percataron de que ambos fueron captados por cámaras de seguridad, que terminaron dándoles a la Policía una pista para dar con ellos.

Dos años más tarde, el 11 de noviembre de 2015, Quevedo y un cómplice ingresaron a una heladería en Junín al 800, armados con una cuchilla. Amenazaron a dos empleadas para llevarse 600 pesos y un celular, las obligaron a tirarse al piso y las quisieron meter al baño.

Cuando se marcharon, una de las jóvenes avisó a la Policía y atraparon a Quevedo en Lavalle y San Martín tras una persecución a pie.

Otra vez, el hecho fue en la zona céntrica y a plena luz del día, a las 12:50.

Pasaron otros dos años y el 13 de noviembre de 2017, la Cámara Penal 2 de San Luis lo condenó a 6 años y 10 meses de cárcel por ambos robos, ya que las causas fueron unificadas. Curiosamente también fue en un juicio abreviado, de un tribunal compuesto por Fernando de Viana, Gustavo Miranda Folch y José Luis Flores.

Ni condenado escarmentó, y tras ganar la calle nuevamente con libertad condicional asaltó a una mujer de apellido Benítez el 12 de junio de hace dos años.

Fue en el local “Despensa Dorita”, en Rivadavia al 1000, entre la una y las dos de la tarde.

De allí pretendió llevarse dinero de la caja registradora y el teléfono Samsung de la víctima, pero resultó que, cuando la tomó de los cabellos para meterla al baño, la mujer comenzó a forcejear y gritar; y él a golpearla en la cabeza e intentar cortarla.

En esa acción a Quevedo se le cayó el celular y la plata, pero cuando desistió e intentó huir, albañiles que trabajaban en un domicilio lindero lo redujeron.

De nuevo en prisión, el imputado solicitó otro juicio abreviado con patrocinio de la Defensoría Oficial, que llegó a un acuerdo con la fiscal de juicio Virginia Palacios para una nueva condena a tres años de cárcel. Quien homologó ese acuerdo fue un tribunal presidido por el juez Flores, que también lo había sentenciado en 2017.

El jueves, desde la cárcel de La Botija por el sistema Cisco Webex, Quevedo admitió la autoría del asalto a Benítez, aceptó el monto de pena y dijo que por estos días, en reclusión, se encuentra estudiando Gestión de Políticas Públicas en la Universidad de La Punta.