15°SAN LUIS - Jueves 25 de Abril de 2024

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La vida es un chamamé

El single más conocido del grupo correntino cumple 25 años en los festivales, boliches y casas del país. Para brindar, hay que seguir tomando una "Sobredosis de chamamé".

Por redacción
| 31 de octubre de 2022

Vení a divertirte con Amboé", sostiene el estribillo de la canción que hizo famosa a la banda. "Sobredosis de chamamé" cumplió 25 años y el grupo lo celebra de la única forma que sabe: con folclore correntino y espíritu festivalero. Uno de los integrantes del grupo, Marcelo "Mate" Acosta, habló con Cooltura de la génesis y permanencia de su máximo hit.

 

—¿Cómo nació “Sobredosis de chamamé”? 
—A la canción la conocimos por un amigo que nos acercó un tema que había grabado. Desde el primer momento que lo escuchamos nos gustó, tenía aire y algo especial. Además, para aquel momento sobre todo tenía cosas modernas y sonidos particulares. 

 

—¿Cómo fue el recorrido de ese tema en estos 25 años?
— Desde aquel “Sobredosis…” hasta hoy nos sigue generando cosas, a nosotros principalmente, y a la gente también. Al lugar al que vamos a tocar si no hacemos “Sobredosis…” fuimos al cuete porque la gente quiere escuchar el tema. Amboé es sinónimo de la canción, nos hacemos cargo de eso y por eso seguimos juntos y haciéndola. Es lo que hoy exige la gente, la tomamos como un tema que nos cobijó desde el primer momento, cuando empezamos a hacerla fue la melodía que siempre fluyó en la banda, salió naturalmente y eso es lo que nos permite estar hoy festejando los 25 años. 

 

—¿Por qué crees que se hizo en tantas versiones? 
—Hace años que venimos escuchándola y nos preguntamos por qué será, quizás es la melodía o la letra. Yo creo que es un combo de sensaciones y que llegó en un momento justo de nuestro folclore, era una época en la que La Sole venía revoleando el poncho, entonces se sumó a los éxitos de ese momento y quedó como un género tan particular como el chamamé, al que por fortuna se le dio un espacio importante. Además era un contexto de fiesta, celebración y la familia que es la génesis del folclore. Después, hemos hecho que suene en boliches, nosotros somos chamameceros, pero de repente nos encontramos tocando en otros lugares solo por ese tema. 

 

—¿Es especial para vos?
—Mi hijo nació en el medio de “Sobredosis de chamamé” y todas estas cosas me llevan a esos momentos. Además, la canción me dio la posibilidad de conocer mi país, de recorrer las provincias y el mundo. Es todo muy fuerte, todos los cumpleaños son buenos porque se celebra la vida y estos 25 nos devuelven toda esa garra y esa fuerza que nunca perdimos y nos redobla las ganas de seguir haciendo esto con “Sobredosis…” como bandera porque, más allá de la canción, hay un producto atrás que tiene tantos años y muchos discos, hemos sobrevivido en una industria tan difícil. 

 

—¿Qué representa el chamamé en la cultura correntina?
—Tenemos dos corrientes muy fuertes, hablando de folclore, una más carnavalera y el chamamé en sí. Con perdón de los carnavaleros, que los amo, el chamamé es la identidad del correntino, mientras que el carnaval es el estado de ánimo. Nosotros venimos del chamamé, si bien es cierto que nacimos en el seno de una comparsa, después las situaciones nos hicieron ir a buscar por otros rumbos.

 

—Hablás de que “Sobredosis…” iba con la modernidad de la época, ahora ¿cómo vuelven contemporáneo al folclore?
—Hay una necesidad que siente uno como persona, pero nosotros tenemos la suerte de que nos viene música brasilera, paraguaya y uruguaya. Estamos en una zona fronteriza y muy musical. Entonces, a la hora de sentarnos a tocar algo, además del chamamé tenemos otros ritmos, como por ejemplo el tema “Olor a jazmín”, que es un fogó, con la garganta cerrada. La zona fronteriza nos enriquece mucho entonces por ahí nos es más fácil tocar un buen chamamé y combinarlo con alguna guaraña o un candombe uruguayo, como el Rubén Rada. Tenemos mucha música e influencia. El abanico es mucho más amplio, después sí nos gusta estar a la altura de las épocas por el tema de los arreglos y los sonidos. Presentamos un tema que se llama la “Bicicleta” que, si sacás las voces, y escuchas solo la base, son sonidos nuevos, con algunos filtros. Pero eso habla de la necesidad del crecimiento musical de uno más allá de la época y la tecnología que vino de la mano.

 

—¿Algún recuerdo de sus visitas por San Luis?
—San Luis es un lugar tan bonito, hablando de la parte festivalera. Una de las anécdotas más lindas que tenemos con Amboé es en Villa de Merlo. Habíamos tocado en el Parque de la Costa y esa misma noche tocábamos en Merlo. Nos llevaron a un aeródromo de San Fernando y nos subieron a una avioneta, se desató una tormenta y en el medio nosotros estábamos en el avión. Fue una noche para no olvidarla nunca. Finalmente, llegamos y se suspendió el festival. Ahí nos encontramos con Raly Barrionuevo, había una carpa grande al costado del escenario, nos miramos y nos metimos. Ahí mismo armamos un escenario improvisado, tocó Raly y tocamos nosotros. Se armó un baile inolvidable. 
 

 

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