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A un pituto de la inocencia

Con un tercer juicio en proceso, el asesinato de la vicepresidenta de Missing Children en el country "Carmel" tiene no solo un largo paso por los tribunales, sino también por las plataformas de streaming y el imaginario de los fanáticos de los policiales.

Por Astrid Moreno
| 24 de octubre de 2022

Un hombre entró al baño. En el suelo, una mujer con una fuerte lesión en la cabeza, a simple vista, causada por un golpe. Había sangre por todos lados. Era su madre, María Teresa Gaitán, quien murió en 1991 por las secuelas de esa herida. Once años después, la escena se repetiría ante los ojos de Carlos Carrascosa, pero con su esposa María Marta García Belsunce. 

 

Este jueves se cumplen 20 años del domingo lluvioso en el que el empresario encontró a María Marta con la cabeza sumergida en la bañera. A las 19, el médico Juan Ramón Gauvry Gordon declararía la hora de muerte por un presunto accidente doméstico. Luego, la autopsia ordenada por el fiscal Diego Molina Pico demostraría que la socióloga y vicepresidenta de Missing Children falleció de cinco tiros en la cabeza; hubo un sexto que la rozó. 
A partir de ese momento los medios de todo el país pusieron sus lentes y micrófonos en el country “Carmel” de Pilar, en la familia de la víctima y en un vecino, Nicolás Pachelo, con tendencias delictivas y un padre de muerte dudosa. 

 

“Me enteré del caso cuando salió el resultado de la autopsia, algo que se difundió rápidamente. Lo recuerdo y tengo muy presente porque fue el primer caso que hice en televisión. Me sentaron a mí como un pibe nuevo a comentar sobre el asesinato de María Marta García Belsunce”, recordó el periodista especializado en policiales Paulo Kablan en una charla con Cooltura.

 

Hasta el año 2002, Paulo había trabajado en radios y diarios; sin embargo, ese año ingresó como panelista dentro del programa “Mauro al mediodía”, que se transmitía en Canal 9. Era conducido por Mauro Viale, a quien la serie “María Marta: el crimen del country” satiriza como un periodista amarillista que estaba empecinado contra la familia. 

 

 

"No es común que se hagan tres juicios, eso habla de los errores de investigación que tenemos y de premisas equivocadas que terminan en casos impunes"
Paulo Kablan

 

 

Jorge Marrale, quien interpretó a Carlos Carrascosa en la serie, formó una opinión del caso gracias a su trabajo actoral: “La ficción tiene un valor muy distinto que el de un documental, hay algo de lo subjetivo, de una investigación propia y que echa luz algunas cosas que el público, al seguir una serie, sí se entera”.

 

Sin embargo, fue el documental “Carmel: ¿quién mató a María Marta?” en el que Carrascosa contó por primera vez la similitud de las situaciones en las que se produjo la muerte de su esposa y el accidente que dejó a su madre con una discapacidad neurológica. Para el psiquiatra y neurólogo Enrique de Rosa, estas son las conexiones que hacen los peritos al momento de pensar por qué una persona reacciona de determinada forma ante situaciones traumáticas o qué lo lleva a actuar de ciertas maneras.

 

“En criminología uno trata de hacer patrones, pero puede ser absolutamente que los repita o haga lo opuesto, que evite que suceda lo mismo. Pero las posibilidades de repetirlos existen. También puede haber reaccionado de una forma no muy habitual, pero de alguna manera es lo que le trajo a colación sobre lo que ya le había pasado. Estos elementos separados no aportan, pero cuando los vemos unos con otros ahí es donde cobran sentido”, explicó el especialista, quien ofició como perito psiquiátrico de la causa en dos instancias: con el primer médico que atendió a la víctima, Gauvry Gordon, y con el propio Carlos cuando pidió la prisión domiciliaria. 

 

Según Kablan, la única forma profesional de comunicar los crímenes, y que le ha funcionado en sus años de carrera, es la de no asumir ninguna teoría o postura. Recaer en el error de asumir lo que sucedió y quién lo hizo es lo que lleva a sostener afirmaciones que luego no pueden ser comprobadas por la Justicia. Un buen ejemplo fue cuando los medios anunciaron que habían encontrado acrilato, un componente de “La Gotita”, en la cabeza de la víctima y que había sido utilizado para ocultar las heridas de bala.

 

“Un informe químico, de una muestra de piel, demostró que tenía ciano y en el juicio, cuando le pidieron la aclaración al perito, dijo que lo más probable es que fuera a causa del uso de un shampoo antipiojicida o una tintura para cabello. De todas maneras, hasta el día de hoy algunos sostienen que le pegaron la cabeza con 'La Gotita', pero es un disparate”, argumentó. 

 

Cuando de ficción se trata, la modalidad de trabajo cambia, o al menos eso manifestó Marrale, quien aseguró que para encarnar a Carlos tuvo que posicionarse en la convicción de la inocencia del esposo. “De no haber ido con esa premisa, no hubiese podido hacerlo, uno no puede encarar un personaje dudando si es o no culpable”, aseguró.

 

El crimen es el caso policial argentino con mayor cobertura mediática, por encima del Juicio a las Juntas Militares; quizá por eso captó años después la atención de plataformas internacionales de streaming como Netflix y HBO Max, que buscaron contar la historia desde un lado más ficcionado como la serie o uno más duro, con el documental. Pero si crímenes terribles ocurren todos los días, ¿Por qué el de María Marta genere tanta curiosidad? 

 

“Para mí es una especie de telenovela y también es un reflejo, una muestra de nuestra sociedad, en otro momento de la Argentina y de lo que los medios generan. No es que me interesa hacer true crime, a mí me interesa todo lo que hay alrededor por sobre todas las cosas. Quizá estos crímenes son la manera de hablar de otras cosas”, introdujo Alejandro Hartmann, director de “Carmel: ¿quién mató a María Marta?”.

 

Algo que expone muy bien Hartmann, y que resume Claudia Piñeyro en el documental, es uno de los atractivos del caso. La llamada “caja cerrada”, muy utilizada en la construcción de las novelas policiales. Hay un espacio físico y temporal acotado con un número fijo de personajes, nadie entró, nadie salió. Uno de ellos es el asesino. A María Marta la mataron en un barrio cerrado, los sospechosos estaban dentro del alambrado eléctrico que contiene las 90 hectáreas de casas residenciales.

 

De Rosa, quien aún recuerda los cafetines por San Isidro de la familia mientras se desarrollaba el primer juicio, concordó: “Hay que entender el contexto social. La lógica social del lugar es diferente a la de otros. Lo principal es que no haya escándalo, hay una especie de abroquelamiento en torno a él. Eso pasa muchos en los lugares relativamente chicos y conservadores”.

 

Ese hermetismo se replicó en la interna de la familia, que nunca puso en duda la inocencia del marido (en Argentina el último censo indicó que en el 62 por ciento de los femicidios el asesino fue la pareja o expareja); y en los amigos que, apenas supieron de la muerte de la mujer, fueron hasta la casa de Carrascosa, limpiaron la escena e hicieron un funeral.

 

Entre las acciones de los Belsunce/Hurtig que generaron más dudas estuvieron la falsificación de la partida de defunción, algo que explicaron con la intención de resolver rápido —y con la facilidad de una familia adinerada— por izquierda el tramiterío previo al entierro; y deshacerse del famoso pituto.

 

“Horacio, el hermano que habló del pituto, era y es un periodista bastante avezado, estamos hablando de gente formada y con una capacitación por encima de la media. Por ende, uno espera ante una cosa trágica de esas características una respuesta distinta”, explicó De Rosa. 

 

El perito acuerda que la respuesta de la familia durante toda la secuencia de la muerte y las posteriores acciones fueron raras y que son estas actitudes las que inducen a la duda. Pero también aclara que si bien hay respuestas frecuentes, o esperadas, ante los traumas la criminología no puede hacer supuestos con base en reacciones aisladas.

 

“Uno es un profesional y hace el seguimiento desde lo laboral, pero quienes siguen las crónicas policiales lo hacen desde el juego porque intentan ser detectives. Tienen sus propias teorías y quizá hasta lo resuelven antes que nosotros porque no necesitan probarlo ni saber si es cierto o no. Y pasa con casos que son polémicos o políticos. El que toma una postura busca confirmar lo que cree y, generalmente, no es así. Pero en su cabeza lo resuelve más fácil”, razonó Kablan.

 

“Caso García Belsunce, toda la verdad del crimen que conmocionó a la Argentina”, sostiene el sitio web creado por María Luján Falsetti y Jorgelina Fernández. Ante la resolución del primer juicio, en el que la Justicia condenó a Carrascosa, una enfermera y una productora de radio que trabajó con Horacio García Belsunce crearon un blog que se manifiesta "en pos de la verdad", pero que nació bajo el convencimiento de la inocencia del esposo. Actualmente, el sitio supera las 300 mil visitas.

 

Luján y Jorgelina todavía acompañan al viudo, incluso se las vio junto a Carrascosa en el tercer juicio por al asesinato de María Marta García Belsunce, que inició el 13 de julio de este año.

 

“La gente escuchó muchas versiones, en última instancia uno podría pensar que habrá aquellos que seguirán pensando que hay otros responsables; y otros, que Carrascosa y la familia fueron responsables. Hay muchos elementos para generar interés”, comentó Marrale. 

 

A más de tres meses de iniciado el juicio que podría ser el final, todos los reflectores apuntan a Pachelo y a quienes habrían sido sus cómplices: dos guardias de seguridad del country, Norberto Glennon y José Ortiz. Y aunque el imputado confesó haber cometido dos de los nueve robos de los que se lo acusan en causas paralelas, niega ser el responsable del asesinato de María Marta.

 

“Si bien hoy se abre el caso Pachelo, no es que Carrascosa queda completamente liberado de todo. Las conductas fueron todas sospechosas y eso fue lo que generó el juicio”, resumió De Rosa. Por su parte, Kablan lamentó: “Ahora va a ser casi imposible que se esclarezca el caso García Belsunce, más allá del juicio actual".

 

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